Yo era muy fan de Expediente X. Eso sí, hasta la 5ª temporada, lo siento pero los rollos conspiratorios de Mulder me rallaban mucho.
De hecho, ahora que lo pienso, fue la primera serie que distinguí por temporadas. Cuando era pequeña los episodios se mezclaban en mi cabeza y los niños de las series crecían y volvía a encoger constantemente. Pero en Expediente X había un hilo conductor, tramas, subtramas, y muchos personajes secundarios que merecías la pena.
Y aprendimos a decir la ciudad y el estado para situarnos. «Richmond, Virginia» empezó a sonarnos familiar. Siempre me pareció un recurso fabuloso el situar una serie de misterio en ciudades pequeñas desperdigadas por la geografía norteamericana, y estoy convencida de que «Supernatural» sacó la idea de esta serie.
Pero a lo que iba, Dana Scully. Uno de los personajes femeninos mejor escritos de los 90, segura, con carácter, firme y trabajadora. Y no era «la compañera de Mulder». Era famosa por sí misma y su nombre era igual de reconocible que el de la serie. No necesitaba lucir su cuerpo para llamar la atención, aunque también es cierto que en aquella época las mujeres tenían derecho a no llevar ropa ceñida.
Y tenía más paciencia que un santo con el pesado de Mulder.
Larga vida a Dana.