52 retos de escritura: Reto 2

Del buen suceso que el valeroso Don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los zombis, con otros sucesos dignos de felice recordación

Este es el segundo reto de El libro del escritor, en el que tenemos que recrear la célebre escena de los molinos de «EL Quijote», pero con zombis en lugar de gigantes.

En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como Don Quijote los vió, dijo a su escudero:

-Nos acercamos a un desafío mayúsculo,mortal y tenebroso; ¿ves allí, Sancho Panza, esas hordas de caminantes sin vida, criaturas corrompidas que desafían a Dios? Hemos de llegar allí raudos y acabar con tal abominación. Mira, si hasta mueven los brazos sin tino ni garbo, por causa de la putrefacción.

-No alucine vuestra merced, respondió Sancho, aquellos que allí se parecen no son zombis, sino molinos, y esos gestos extraños los hacen movidos por el viento que hace andar la piedra.

-Bien parece, respondió Don Quijote, que no sabes nada de muertos vivientes; ellos son caminantes, y voy a derrotarlos con fiera gallardía, así sean infectados.

-¡Detente, insensato! No vayas a liarla como aquella noche en Toledo, que confundiste a la Tuna con unos vampiros y a día de hoy siguen oliendo a ajo.

Pero Don Quijote, empecinado, le ignoró creyéndole ignorante, y enfilóse hacia los molinos a través de la meseta, mientras se recortaba su silueta contra el ocaso anaranjado.

-¡Alto, hijos del Maligno, o yo mismo os mandaré de vuelta al camposanto!

Cuando de pronto una ráfaga de viento le hizo acordar y dióse cuenta del entuerto, y tiró de las riendas mientras gritaba:

-¡COÑO!

El caballo, entre orden y contraorden, se encabritó, y lo mandó por el aire, donde dio un loop doble y acabó mordiendo el heno en una bala de paja puesta allí por ventura.

-Menuda galleta, Don Quijote.

-En efecto, mi querido escudero. Asísteme, que creo que me he roto el culo.

-Desde luego, mire que se le va la pinza. Ande, cárguese sobre mí.

Y caballero renqueante y escudero se perdieron en la inmensidad de la estepa castellana, mientras Sancho se giraba hacia atrás y mostraba sus ojos vidriosos revelando su verdadera identidad de muerto viviente…